El cabecero de una cama puede tener muchas más funciones de las que imaginas.
Y es que lo que si queda claro, es que es un elemento decorativo que complementa el dormitorio dándole personalidad a la cama y a toda la habitación.
El cabecero nació de la idea de evitar que la cabeza se golpee mientras dormimos, aislarla del frío y evitar que la almohada se cuele entre la pared y la cama.
Pero inevitablemente ha pasado a formar parte de la decoración, y tiene un peso visual muy potente en la habitación donde se encuentra.
Por esta razón se han tomado mucho más en cuenta factores como el tamaño, el material, e incluso el estilo y el color para poder adaptarlo a los gustos.