El minimalismo es el sinónimo de sencillez y funcionalidad, ya que todo queda bien atado en unas líneas y colores sencillos, dando protagonismo a los espacios.
El desorden no tiene cabida en la decoración minimalista, y es que todo debe quedar limpio y escondido visualmente hablando para que puedan apreciarse esos espacios que ya hemos mencionado.
A pesar de ser un estilo que de nuevo no tiene nada, sigue siendo uno de los más innovadores y futuristas que hay.
Nada se deja al azar y todo está pensado para que realice una función específica que cubra todas las necesidades, dejando que incluso la decoración tenga un propósito.
Para decorar una habitación al estilo minimalista deberás tener bien claro que los muebles innecesarios o que no cuadren con las características deberán ser expulsados.
Decora primero una habitación y luego otra, aprende a prescindir de los objetos que no realicen ninguna función y minimiza los detalles.
Tendrás que aprender a amar los espacios y empezarás a percibir los beneficios del minimalismo como una mayor entrada de luz natural en la estancia.
Los elementos utilizados no son muy caros y además cuentas con que no se necesitan apenas muebles, por lo que otro beneficio es que es económico y atemporal.
Pero el mayor beneficio de todos es que nos enseña a vivir lejos de tantos objetos sin sentido que no nos aportan nada, funcional y estéticamente hablando.
Y es que tal como dijo el gran arquitecto Ludwig Mies Van Der Rohe…