Lo segundo es pensar en el estilo que quieres, investigar un poco sobre las novedades y no hacer caso a las modas, sino a tu propio gusto.
Y es que si te gusta picar de aquí y de allí sin un estilo fijo, tu casa adquirirá tu toque personal.
Eso sí, sin volvernos locos…
Ten en cuenta los colores, las texturas y demás cosas que te gustaría tener en tu casa antes de ir a comprarlo.
Haz un pequeño esquema mental de cómo te gustaría que quedase y no te olvides de los arreglos que necesite.
En tercer lugar y muy importante es el espacio del que dispones y la función de cada habitación.
No podemos motivarnos comprando accesorios decorativos cuando no tenermos espacio para mostrarlos.
Y mucho menos si nos van a estorbar.
Hay que tener en cuenta nuestra rutina diaria y si vemos nuestro programa favorito todos los días, no es práctico poner un centro de mesa enorme entre el sofá y la tele.
Siempre hay que buscar las opciones que más nos combienen para hacernos la vida más fácil, sin olvidarnos de la parte visual, claro.
La comodidad y el mantenimiento de cada estancia juega un papel importante en la elección de materiales sobre todo.
Pero hoy en día podemos encontrar infinidad de “inventos” que nos facilitan muchísimo las cosas.
Por lo tanto, lo que te recomiendo a grandes rasgos:
- Hacerte un idea general de lo que deseas cambiar
- Investigar sobre lo que se lleva en este momento y lo que simplemente te gusta
- Comprometerte al cien por cien con tu nuevo proyecto
- Disfrutar de tu casa una vez hayas terminado
Y es que por menos (Tiempo, dinero y esfuerzo) de lo que esperas…